jueves, 27 de febrero de 2014

Bitches, ple-a-se

Queridos lectores, me complace anunciarles que:
 estoy comiendo risotto de setas y me retuerzo en el suelo de dolor ovárico. Sé que no les importa y les da asco (tengo un trauma infantil desde que mi madre le dijo a todas las otras mierdemarujas del cole que su hija había tenido el primer folículo en terminar la meiosis II- ni lo puedo decir, ¿veis como estoy traumatizada?-). Pero pensé que los que me odiáis, querríais saberlo.


Dejando de lado esto, llevo días rumiando mi siguiente post. Tenía que ser algo representativo mío. Porque está claro que nadie lee esto para aplicar realmente mis consejos (sería una locura intentar tomar ejemplo de la persona con la lista más larga de relaciones personales fraguadas cual Titanic-di-caprio-no-mueras). La mayoría sois fracasados emocionales comme moi que buscáis consuelo en la desdicha ajena (y reíros de mí). Bien. Pues, ¿qué es lo que nos mola a nosotros? La humillación pública absurda.
De hecho, creo que hemos redefinido el concepto de zorrita-bitch. Ya no significa ser puto.
Nota mental: soy consciente de la deficiencia léxica para muchos lectores. Lloro. No.

Somos deficientes.
Así que empecé a recordar todas las maldades de mi juventud reciente. Como la de Rebujo y yo apodando al chico del monstruo del lago Ness, Rabbomann. Sólo por dormir sin calzoncillos en aquel receso espiritual del colegio y dar con 2 taradas hiperhormonadas (suspiro).  O PaolaComepöllas y yo, riéndonos de Mauriquita o encerrando a nuestro primo en un armario (jajá-di-jajá Pau). O Tequila y Travolo al día de las actualizaciones de cierto miembro de la Comunidad Inocente-Inconsciente Subo Selfies-con-mi-cara-retarded a Facebook. O mi obsesión por Simone Calzolani, alias mi embrión de pollo-mascota, alias mi fantasía absurda del año pasado.

 Y comprendí como son mis amigos. Generalmente, son personas retorcidas que disfrutan con mis ocurrencias mezquinas. ¿Hemos madurado algo? ¿Lo haremos algún día?
Mi hermana mayor cumple 33 hoy ( ¡felicidades pilingui!). Y generalmente admito que toda mi vertiente nazi-loca-los-hombres-son-cáncer la obtuve de ella (y transmito a la pequeña futura Caudillo directioner  de la familia PaolaComepöllas).  Así que, ¿hay algo mal en mí?
Filosofando más en ello (sin cannabis), ¿no somos todos un poco teatreros? Yo sé mostrar mi vena mojigata según me convenga. Me he labrado un nombre. No tiene nada de malo. Supervivencia, chata. 
(Amiga cualquiera) y moi. A la derecha, lapa acosadora (tu sabes quién eres). 

Así que ¿Quieres ser una buena nieta? ¿Ser palmeada como la hija del año en las comidas con los primos segundos? Te advierto que mis consejos solo sirven para chicas que se creen modernillas-liberadas-sexualmente pero dependen del yugo de familiares retro-rancios que te dan el cash para el sushi y el Zara, y creen en eso del nacer-casarse-morir. Así que por cuestiones del cosmos, llamémoslo me-quedan-mil-años-de carrera-y-quién-se-independiza-en-este-país, necesitas aparentar un estilo de vida mojigato para evitar murmullos y preguntitas indiscretas. Gracias a este método llevo 21 años evitando interrogatorios puntillosos sobre mis putijuergas, aunque crean que me gusta la tortilla española. Pero oye, creen en mi virtud (hasta que pillé un pedo este fin de año. Error), y eso es bastante en un país que emitió Física o Zorriquímica. Que en teoría, es representativa de la población (please, visiten mi Catholic School, nada que ver en tierras de Jesús-mola). 
1. El finde voy a la biblioteca. No tengo vida social.

Medicina fue una gran coartada. ¿Quién puede creer que con tanta Anatomía práctica por aquí, reflejo cremastérico por allá, iba una a tener tiempo para tener vida social de estudiante de ADE? Los findes vas a la biblio, a "estudiar". Allí te reúnes con amigos, y el resto de chicas arregladas para una tarde de danza mortal en el Bershka. Encantador.

2. Look cebolla. 
Es una verdad, verdadera que las chicas bien visten por capas y tapaditas (no lo digo yo; se discutió en el Congreso Monguer 2013). Además, concuerda con el estilo chica universitaria precocinada de pelo largo/ corte Colón descubrió América, carpeta en mano, botas y maxibolso. 

3. ¿Chicos? Me dan asco, es que poto, o sea. 
Si has desarrollado un tercer ojo-tumor que está 24 h pendiente de whatsapp (y tu patriarcado machista sospecha de nuevos pitos interesantes), la mejor respuesta es: ¿Novio? ¡Lo que me faltaba! Y si a continuación sueltas un rollo sedante del yugo patriarcal, los derechos legados por nuestras hermanas sufragistas, coronas de flores, topless y que no eres lesbiana porque no tienes tiempo (véase punto 1), quedarás magnifique! y ultrajustificada por sedación de tus oyentes.

4. Presumir de retroaficiones.
Manualidades, hacer punto, fotografía, voluntariado... Es una especie de vacuna protectora centrarte en costumbres vintage. Nadie "viejo" creerá que molas. Te verán como la tía solterona que cuidará de los hijos de tus hermanos.

5. Saco buenas notas.
Lo siento, pero para dar el timo de la estampita, debes vestirte de Virgen y cantar "Alejando, Alejandro" cual Laidi Caca si es necesario. Todo por el postureo. Saca buenas notas. Gustito incomparable. 

6. Ni una gota, agua namás.
Si no sabes disimular tu momento Aimi Wunihause  cual Shakeaspeare mientras mueres de resaca, mejor no bebas.

Para concluir, felicidades a la chica más cruel (casi) sobre la faz de la Tierra (Emmo). Este post se inspiró en nuestro aquelarre de marujas. No te pongas cachonda cósmica con tu perro. Enserio.

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